domingo, 30 de diciembre de 2012

Un año más.

Un año mas para recordar, o para intentar olvidar. Para dar gracias por personas que has conocido, o por haber perdido las que no se merecían estar en tu vida.
Un año mas para darte cuenta de que todo sigue. De que si algo pasa, solo existe en el pasado, y en el presente solo es un vago recuerdo.
Un año mas para darte cuenta de quienes son aquellos que se han quedado a pesar de todo. De quienes te han apoyado, y de quienes no. Para darte cuenta de que hay veces en las que es mejor estar solo que mal acompañado, y que los amigos se cuentan con los dedos de una mano, y hasta te sobran.
Otro largo año en el que han pasado momentos inolvidables, tanto por ser buenos, como por ser malos.
Momentos en los que te ahogabas en tus propias lagrimas, o momentos en los que de tanto sonreír, te dolía la mandíbula.
Y al paso de los años, te das mas cuenta de lo que pasa a tu alrededor. Te das cuenta que ya nada es como al principio. De que las personas cambian, hacen daño, te apuñalan por la espalda o que te abrazan y te dicen que todo va a ir bien. Te das cuenta de que nada es para siempre, por mucho que lo digas. De que hasta la palabra infinito tiene un fin en medio. De que el café se enfría, la gente se distancia, los edificios se derrumban y los días pasan y pasan, eliminando hojas del calendario.
Celebramos el cambio de año pensando que al fin, ahora que se ha acabado el año, todo ira a mejor. Pero a la vez, en la parte norte de nuestro cerebro, nos enfadamos. Por tener que aguantar otro miserable año mas. Y la parte sur, a la que todavía le queda esperanza, espera poder vivir un año increíble junto a esas personas que estarán contigo en cada caída, y te ayudaran a levantarte. Un año lleno de risas, logros y alegrías  Pero también un año de llantos y errores que te ayudaran a aprender. Que te ayudaran a darte cuenta que las cosas solo se consiguen con esfuerzo, y que puedes perderlas si no lo intentas.
Que por intentar, no se pierde nada.
Feliz año nuevo. Ríe, llora y aprende. Porque valdrá la pena.


Lana del Rey-Ride.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Hazme feliz, idiota.

Vive. Sonríe. Disfruta. Sueña. Grita. Patalea. Llora. Enfádate. Ódiame a mi y a todo el mundo. Ámame  como si solo existiera yo. Hazme sentir especial y no una mierda. Hazme pensar en un nosotros y no en un tu y yo. 
Cógeme de la mano, y calla a todas esas niñatas que zorrean mas que hablan. 
Bésame lento, y enamórame rápido  Pero hazme feliz, aunque sean uno o dos segundos. Hazme feliz, porque necesito un verdadero motivo por el que sonreír.
Llora y déjame ayudarte ha seguir adelante. Déjame demostrarte que yo estoy aquí.
Abrázame, demuéstrame que valgo mas que toda esta mierda. Que valgo mas que todas esas. Que todas las otras. 
Hazme entender que nada es lo que parece, y que me quieres mas que a nadie. O si no, márchate. Si no vas a hacerme feliz, si solo vas a hacerme daño, vete. Porque para hacerme daño, ya tengo a mi autoestima.



jueves, 29 de noviembre de 2012

Venga, adiós.

Aquí todos van de lo que no son. Van de que son los mejores, de que todo lo que hacen esta bien. Pero solo son un montón de imbéciles buscando una forma de llamar la atención. ¿Sabéis lo que me dais a mi? Pena. Me dais pena.
No entendéis la diferencia entre ser graciosos, y herir a los demás.
Y me tenéis harta. Todos. Sois unos putos falsos, vais de mayores y sois unos críos  Y aun encima llamáis críos a los demás. ¿No os dais cuenta de que molestáis? ¿De que os ríen las gracias solo para que os calléis?
Y encima la gente va detrás de ellos para ser mas conocidos.
Sois mosquitas muertas encerradas en cuerpos chulescos. Ladráis mucho pero no tenéis ni idea de lo que es morder. Sois unos putos vacilones, habláis sin saber nada, y nada es lo que os merecéis.
Y es que encima los demás os quejáis, pero vais comiendo de sus manos, como perritos falderos. Por mi, podéis perderos un rato, que no os voy a echar de menos.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

You are not alone. [Es un pequeño relato que he escrito, y solo quería compartirlo]


-Creo que voy recuperándome. Poco a poco, pero me encuentro mejor. Me siento bien conmigo misma, he vuelto a reír. Por la más mínima tontería. He vuelto a la rutina, y dispuesta a todo. He vuelto a llevar a mis hijos al instituto, cada mañana. He vuelto a salir, he vuelto a notar el calor del sol por todo mi cuerpo. He vuelto a ser yo misma. Me parece que me estoy curando. Y eso me sienta bien. Muy, muy bien. –Sonrío. Presa de una alegría inmensa.
-Debes tener cuidado. Recuerda que la calma no siempre significa que haya pasado la tormenta. A veces también significa que se aproxima el desastre. –Fruncí el ceño. Suponía que se iba a alegrar. Debía alegrarse, ya que, a pesar de ser mi médico, era mi hermano.
-¿No te alegras?
-Por supuesto que sí. Mírate, llevaba meses sin verte una sonrisa, pero por mucho que pueda alegrarme, voy a seguir alerta, por si te puede pasar algo. Es muy raro que estés tan llena de energía. Después de las últimas semanas. –Suspiro y le sonrío, dándole esa confianza que no tengo.
-No te preocupes. Estoy muy bien, y ahora, si me disculpas, el mundo no se para por mí. Debo movilizarme si quiero recuperarme.
-Poco a poco. No te excedas.
-Tranquilo, que solo voy a comprar al supermercado. –Y eso hice. Fui a comprar y de vuelta recogí a mis dos hijos del colegio. Alejandro y Fabiola. Alejandro era el mayor, tenia quince años y el pelo en punta, como si fuera una escoba. Como lo llevan los jóvenes de hoy en día, básicamente. Fabiola tenía trece años y el pelo largo y rubio.
Cuando se hizo de noche, mi marido apareció por la puerta.
Iba vestido con traje y corbata, como buen empresario que era. Y llevaba su maletín de piel marrón oscuro colgado de la mano.
Abrazo a Fabiola y le revolvió el pelo a Alex. Que gruño divertido. A mí me dio un beso y subió al cuarto, a cambiarse, supuse.
Cenamos, y cuando note un pinchazo en el pecho, me fui a descansar. Ya me había ‘excedido’ bastante por hoy, y me apetecía dormir. Así que me metí en la cama, apague la luz y cerré los ojos. Cayendo rendida en los dulces brazos de Morfeo.

A mitad de la noche, el pinchazo cada vez era más fuerte, hasta que llego a doblarme por dentro, internamente. Pues mi cuerpo ya no se movía. No tenía ni idea de que pasaba, y la impotencia de chillar que me estaban desgarrando por dentro podía conmigo.
Supuse que mi hermano tenía razón. Que realmente el significado de mi calma era que se avecinaba el desastre. Y ese desastre era mi muerte.
Lo sabía porque a lo largo de los meses había leído sobre el cáncer. Sobre sus síntomas y sobre todo lo que tenía que ver con él. Y ahora yo me estaba apagando.
No quería, me negaba. Me negaba a dejar que algo abstracto me matara. Me apartara de mis seres queridos. Me ahuyentara del hecho de seguir viviendo. Me negaba a dejar de sonreír, a dejar de abrazar a mis hijos, a dejar de decirles lo mucho que les quería. Me negaba a dejar a mi marido sin decirle que era el amor de mi vida. Por muchas veces que ya se lo hubiera dicho.
Había tantas cosas que quería hacer y no había hecho. Cosas que me ayudaban a seguir aferrada a la vida con uñas y dientes. Cosas como ver como se graduaban mis hijos. Ver que serian en un futuro. Cosas como explicarle a mi hija que de un día para otro se había convertido en mujer, oficialmente. Cosas como ‘la charla’. Como darles consejos sobre su vida amorosa, o ver al chico a la chica de la cual se enamorarían. Ver como les rompían el corazón y ayudarles a seguir adelante. Ver como se enamoraban de nuevo, ver como se casaban, ver si pondrían la misma cara que puso su padre cuando se entero de que iba a tener un hijo. Cosas como ver a Fabiola tener su primer bebe. Como ver corretear a mis nietos mientras estoy en el salón agarrada de la mano de mi marido, rememorando como hemos envejecido juntos y como nuestra pequeña familia ha crecido en masa.
Y eso es lo que me ayuda a seguir aferrada a la vida. En alma, ya que el cuerpo yace muerto en la cama de matrimonio que tantos recuerdos contiene.
Sabía que el final de esta historia no sería dentro de mucho tiempo. Más bien dentro de poco, y me ha tocado ahora. Me ha tocado en el momento en el que menos quiero. ¿Y porque a mí? ¿Por qué debo morirme yo? ¿Por qué? Me gustaría hacer tantas cosas…
Me encantaría abrazar a mis hijos y a mi marido y no soltarlos nunca.
Siento como mi cuerpo definitivamente se apaga, la vida se oscurece, impregnada con el olor de la muerte. Impregnada por la melancolía y la impotencia. Impregnada del asqueroso hedor del cáncer. Impregnada por mis ganas de seguir viviendo. Por mis ganas de seguir adelante. Por aprovechar la vida, porque nunca sabes si te la quitaran en cualquier momento. Porque mirarme, estoy hablando en mi mente, sola, ni siquiera el eco me acompaña. Deseando tener un solo minuto de mi vida más, para chillar lo mucho que quiero vivir. Lo mucho que lo deseo.
Pero ahora ya no veo ni oigo nada. Ya nunca podre volver a ver el mundo, volver a escuchar la voz del hombre de mi vida, volver a escuchar los gritos de mis niños. Ya nunca más podre ser feliz, porque por mucho que digan del paraíso, el paraíso solo existe si estas con la gente que deseas. Y si ellos no están conmigo, para mí no existe ningún paraíso.
Así que aprovecha cada segundo de tu vida por aquellos que no pueden, saborea el dulce sabor de cada día. Grita muy alto, corre demasiado deprisa, besa muy lento, equivócate lo mínimo, pero aprende lo máximo. Y sobre todo, y a pesar de todo, sonríe, que es por lo único por lo que merece la pena vivir. Porque sonreír y ver sonreír a los demás es un puente a la felicidad. Y la felicidad es algo que deseamos todos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Retrocedamos al primer beso.


Retrocedamos en el tiempo. Retrocedamos al momento exacto en el que nos conocimos, retrocedamos a cuando decíamos que esto era para siempre. Retrocedamos a cuando el nosotros valía la pena. Retrocedamos a nuestros primeros días. A nuestra primera semana. Retrocedamos a las mariposas en el estomago, a los nervios, a los primeros celos. Retrocedamos a nuestro primer beso. Si, a nuestro primer beso: Necesitado, esperado y perfecto.  Retrocedamos a cuando nos dimos cuenta de que éramos rutina. De que, por mucho que nos queríamos, ya teníamos la confianza de mejores amigos, y no de novios. Retrocedamos a aquel primer te quiero que se nos quedo atascado en la garganta. Retrocedamos a… A nuestra primera vez. A nuestra primera caricia. A nuestra primera discusión. A nuestro primer error. A nuestra primera sonrisa. Si, retrocedamos a cuando éramos felices. A cuando eras aquella parte que me complementaba. A cuando eras tú y nadie más. A cuando el tu y yo dejo de existir formándose en el algo más. Retrocedamos a los primeros llantos, a los primeros piques. Retrocedamos a nuestro mejor recuerdo juntos.
Me pregunto que nos paso. No lo recuerdo muy nítido, la verdad es que las lagrimas me impedían ver a través de la lluvia. A través de la tristeza. Me impedían ver el sol que se alzaba en la colina. Niebla, todo era niebla, niebla que cubría lo que pasaba a mi alrededor, y solo me dejaba ver como el nosotros se rompía.
La verdad es que me hiciste la chica más feliz del mundo. Hiciste que la felicidad cobrara nombre: el tuyo. Hiciste que me enamorara como una loca, que chillara tu nombre tan fuerte que hasta me rasgara el alma, de forma que quedase marcada por tus huellas. Sonreía tantas veces al día que hasta me dolían las mejillas, pero valía la pena porque dijeras que te encantaba mi sonrisa. 
Todavía me gusta cerrar los ojos y recordar el primer beso. Y es que fuiste el primero, el primero que aprendía a tocarme al son de una música inaudible. 
Han pasado muchos otros después de eso, y la verdad es que a ninguno he aprendido a quererle de tal forma que al verle recordara su primera sonrisa. Y que al recordarla, lograra hacerme sonreír a través de una tormenta. Porque eras esa calma que tanto me gustaba. Eras las notas de mi propio pentagrama.


viernes, 2 de noviembre de 2012

Sociedad Suciedad.

El mundo esta lleno de niñatas falsas, niñatos gilipollas, y mas gentuza de la que no consigo librarme.
Niñatas que se meten con los demás por que no tienen vida, niñatas las cuales, en vez de hablar ellas, habla su envidia. Niñatas que no valen nada, y que van de chulitas por el mundo. Y luego están esos niñatos gilipollas que te ilusionan, que te dicen cosas bonitas, que te prometen bajarte la luna, para luego cegarte con la luz del sol. Niñatos de los que te enamoras y luego solo consiguen hacerte llorar, cuando no se merecen tus putas lagrimas.
Me dan ganas de llorar apretada a mi almohada, de pegarle a todas las paredes de mi casa. Me dan ganas de chillar como una loca, de despotricar contra todo el mundo. De echarle la culpa a la Sociedad, aun incluso sabiendo que la culpa la tenemos nosotros por ponernos metas con las cuales perjudicamos a los demás. Solo somos un puñado de inútiles dispuestos a hacerlo todo por tenerlo todo. Y ya me he cansado, me he cansado de suplicarle a ese 'cupido' del que habláis todos, para que le tire la flechita a los dos, y no solo a mi. Me he cansado de tragarme lo que quiero decir, solo para no quedarme sola. Me he cansado de olisquear culos. ¿Y sabéis que? Que ya es hora de que me lo olisqueéis a mi, porque yo ya estoy harta de tanta mierda.


domingo, 28 de octubre de 2012

Y es que no tienes ni idea, de lo mucho que te quiero.


¿Qué como le describo? ¿Cómo se describe a lo que más feliz te hace? ¿Cómo se describe al amor de tu vida? ¿Cómo explico lo que siento por él? No hay palabras, no hay gestos, no hay nada que lo describa, excepto mis sentimientos. Solo sé que a su lado... A su lado todo es de color, no existe ni el blanco ni el negro, los dos juntos inventamos nuestros propios colores, nuestras propias muestras de amor. Solo sé que a su lado todo es mejor, todo es más nítido, todos los problemas huyen, porque con él me siento segura. ¿Qué como le describo? Ni idea, nunca me han pedido que describa mi felicidad. El, es tan… tan único. Sabe siempre, cómo y cuándo sacarme una sonrisa. Sabe cuando tiene que abrazarme y cuando no, sabe cuando necesito llorar o cuando necesito reírme. Sabe cuando estoy de humor y sabe cuando no. El es esa persona que en vez de valer millones, no tiene precio. Es lo que antepongo a todo, porque él es mi todo. El es como el primer beso: nervioso, perfecto, bonito, impaciente. El es la sonrisa que se me escapa cuando le pienso. El es esa pequeña parte de mi que lo ve todo perfecto, el es besos con sabor a amanecer. A amanecer a su lado. El es miradas divertidas. El es besos inexpertos. El es abrazos inesperados. El… Bueno, el, él es la seguridad de saber que ningún precipicio es tan hondo, la seguridad de saber que siempre que este cogida de su mano, siempre sabré que querré. Porque lo querré a él, con todo mi alma.


Soy la que inunda su almohada a base de golpes.

Que yo no me creo una mierda. Al contrario, me creo la chica mas miserable del mundo. Solo soy otra gilipollas del montón que se refugia tras unas palabras por internet. Que dice lo que piensa, oculta tras una mascara, que sonríe, pero llora por dentro. Solo soy una puta idiota que sueña despierta, que vive en nubes de algodón y que tiene a la mayoría de la gente en un pedestal cuando sabe que todos aquellos a los que admira, no valen una puta mierda. Solo soy una mal hablada, soy esa chica a la que solo ves porque sobresale de entre las cabezas de los demás. Soy la típica que se enamora y tiene muy claro que no es nada ni nadie, y que entonces no se fijaran en ella.Y entonces es cuando inunda su almohada a base de golpes. A base de auto insultos, a base de tantas cosas, que hasta cuesta describirlas. Soy esa estúpida que sonríe cada mañana porque es lo único que le ayuda a seguir adelante. Soy a la que veras siempre feliz, pero que nunca lo estará  Soy esa tonta que siempre necesita un abrazo, soy la imbécil que camina sobre las brasas que ella misma se ha puesto.


martes, 23 de octubre de 2012

Tras la tormenta siempre llega la calma.

No llores mas. Acuérdate de todas las sonrisas que logre sacarte, de todas aquellas risas a mi lado, de las bromas, de los besos, de los momentos, de los rumores que logramos callar. Y olvídate de las lagrimas, de las cosas malas, olvídate de las veces que te defraudé, olvídate de la humillación, olvídate de todos aquellos que te decían 'ya te lo dije'. 
¿Sabes por qué? Porque la vida se consume sin querer. 
¿Sabes por qué acabo lo nuestro? Porque la realidad siempre puede, y nuestro cuento no le pudo plantar cara para siempre. 
Y por eso quiero que seas feliz, porque se que tras la tormenta, siempre llega la calma. Porque se como te sientes, te sientes culpable por el fin de nuestra historia, pero no te preocupes porque los finales felices son historias sin acabar, y cuando se acaba una historia, como acabo la nuestra, siempre empieza otra mucho mejor que la anterior.



jueves, 18 de octubre de 2012

Que he cambiado, por tu culpa.

¿Que quien soy? No lo sé. No se quien soy. Bueno, claramente, se mi nombre, mi edad, mi procedencia. Pero no me reconozco. Llevo bastantes días en los que mi reflejo es alguien diferente, o, tal vez, la diferente sea yo. 
Desde que te fuiste de mi vida, he cambiado, no se si para bien, o para mal. Mas bien, para mal. Ya no salgo, y si lo hago es para beber demasiado, y levantarme en la cama de algún que otro desconocido. Ya no hablo con mis amigas, ellas, que siempre han sido mis confidentes, mis hermanas. Ya no puedo hablar con ellas sin derrumbarme. Porque te fuiste, fue tu culpa. ¿Porque lo hiciste? ¿Porque? Dejaste un vacío tan grande en mi, que ya dudo que se pueda rellenar. Y ahora tu, eres el dueño de mis lagrimas, el secuestrador de mis sonrisas. El mayor idiota de este mundo.


viernes, 5 de octubre de 2012

Que si..

Que si tiras la toalla, que sea para ducharte conmigo. Que si te caes, que se porque quieres que te coja. Que si te cansas, que sea de tanto sonreír. Que si miras hacia atrás, que sea para comprobar que estoy ahí  contigo. Que si agachas la cabeza, que sea para darme un beso. Que si lloras, que sea de felicidad. Que si chillas, que sea un 'te quiero'. Que si apartas la mirada, que sea porque te sonrojas y te da vergüenza  Que si me das la espalda, que sea porque quieres que me suba encima tuya, y caminemos juntos. Que si me coges de la mano, que sea para llevarme lejos. Que si me dices princesa, pues me enamoro.


miércoles, 3 de octubre de 2012

BE HAPPY.

Oye princesa. Queda prohibido mirarte al espejo y no gustarte. Queda prohibido sonreír forzadamente. Queda prohibido llorar por tonterías. Queda prohibido recordar y no sonreír. Queda prohibido todo lo malo. Y queda admitido sonreír cada mañana. Reírte sin motivo. Ser tu misma sin pensar en los demás. Porque princesa, sonríe, que la vida no esta echa para sufrir, nadie dice que sea fácil, pero no es imposible. Sonríe siempre, be happy, que la vida son dos días, y no te puedes pasar uno llorando.


Puta sociedad.

Que yo de pequeña siempre soñaba con el típico chico bonito por dentro. ¿Que era feo por fuera? Pues mejor, así las demás no me lo quitaban. Pero, ahora, tras que me haya modificado la asquerosa sociedad. Los quiero guapos por fuera. ¿Que son chulos por dentro? Pues me gustan mas. ¿Que porque? No preguntes, no tengo ni puta idea. ¿Que la lían? Pues ole por ellos, que a mi me atraen mas. ¿Que se portan mal? Pues ya me vuelven loca.
Sociedad, nos arruina, nos humilla, nos entristece. Nos deprime, nos idiotiza. Y es que es así  las criticas amenazan, y la sociedad mata.
Porque si eres guapa, te critican. Si eres fea, te critican. Si eres flaca, te critican. Si eres gorda, te critican. Pero solo critican porque no son perfectos, y no quieren que los demás se sientan así.


domingo, 30 de septiembre de 2012

Estúpidas sonrisas.

Te echo de menos. Mucho. Demasiado. Echo de menos tus sonrisas, tus besos, tus abrazos, aquella risa que me hacia sonreír. Pero sobretodo echo de menos aquella que era contigo. Echo de menos a la yo enamorada. Echo de menos sonreír por cualquier estupidez. Echo de menos callarte con un beso, y reconciliarnos con un 'Joder, yo no quiero esto'. Y es que te quiero. Mucho. Demasiado. Tanto que hasta me duele. Sonrío, pero por dentro lloro. Porque quiero que seas mio. Solo mio. Quiero verte cada mañana a mi lado. Que me despiertes con tus gruñidos por que te ha despertado esa leve luz que entra por la persiana.  Que me beses como si fuera perfecta, que alejes todos los problemas que amenazan con ahogarme. Que me hagas llorar, pero de felicidad. Que me abraces y me digas que todo va a salir bien, porque estas ahí  conmigo, a mi lado, siempre. Infinito. Y es que estoy anclada a aquel pasado que crearon nuestras sonrisas. Estúpidas sonrisas. Y lo mejor es que ya no lloro al recordarte, sonrío porque me hiciste feliz, sonrío porque se me han acabado las lagrimas. Sonrío porque el dolor que se creo al separarnos, ya ni siquiera lo noto.



jueves, 27 de septiembre de 2012

Seguir, seguir siempre adelante.

Solías decirme que esto era para siempre. 
Que el nosotros dudaría toda una vida. 
Supongo que fui una ilusa. 
Supongo demasiadas cosas...

Recuerdo cuando eramos uña y carne. De pequeños, mejores amigos, inseparables. Tu me defendías de los chicos grandes, yo a ti de las chicas locas. Crecimos. Seguimos juntos, pero ya no tanto como antes. Tu por una parte, yo por otra. Yo salia con las chicas locas, tu con los chicos grandes. Crecimos mas. Cambiamos. Nos sonrojamos al vernos. Empezaste a gustarme, amor de niños. Yo a ti no te gustaba, hablábamos aun menos. Comencé a gustarte, tu a mi ya no. Solo nos hablábamos para saludarnos. Crecimos, nos hicimos mas mayores. Empezamos a hablar con frecuencia. Mañanas, tardes, noches. La hora nos daba igual, hablábamos demasiado. Crecimos mas. Mejores amigos de nuevo. Tu empezaste a juntarte con alguna que otra chica. Yo con algún que otro chico. Me moría de celos, pero no podía decírtelo, o mas bien, no quería. Me empezaste a gustar, pero ya no era amor de niños, ahora era algo mas. No se si me gustabas por el echo de que eramos iguales, o por que me enamore. No se. Solo se que no quería perder tu amistad. Dejaste de hablarme. Así, sin mas. Me enfade, mucho, demasiado, lloré, te insulté, pero por orgullo, no fui yo la que te hablé. Volviste a hablarme, me explicaste el por que. No te creí. No creía que fuera porque querías olvidarme, porque necesitabas un tiempo para olvidar que me querías mas allá de la amistad. 

Dicen que siempre hay dos amores en la vida. Uno con el que te casaras, con el que tendrás una familia. Y otro que sera tu amor perfecto, el mejor amor de tu vida, aquella persona con la que mas te pareces, pero con el que nunca habrá algo mas. Pero con la que siempre querrás algo mas. Y sera inevitable, pero habrá que joderse, y seguir, seguir siempre adelante.


martes, 25 de septiembre de 2012

Aprovecha el ahora.

Se miran. Se quieren. Se extrañan. Se sienten. Se atraen. Se desean el uno al otro. Pero huyen. Huyen del amor. Del dolor. Huyen de aquello que mas temen: Enamorarse. Porque ya lo sufrieron una vez, y, desde su punto de vista: No quieren tropezar dos veces con la misma piedra.
Pero no entienden que, si con la otra persona no funciono fue porque no tenia nada que ver en su vida y, si nunca intentan conocer a otros amores, si no juegan a enamorarse, jamas encontraran la pieza del mejor puzzle que existe. Y es que, recuerdan y lloran. Se miran y sonríen. No entienden que el pasado pasado esta, y que el ahora es lo que deben disfrutar. Que si cometes un error ahora, el tiempo pasa y se queda en el pasado y tu aprendes a no volver a cometerlo, y a seguir adelante, buscando el futuro.
Porque la vida es una oportunidad de vivir, y si no la aprovechas, te la quitan para dársela a otros. Así que no temas, enamorarse es solo una prueba mas para saber si eres capaz de aprovecharla.


lunes, 24 de septiembre de 2012

La segunda sonrisa a la derecha.

Las lagrimas no sirven una mierda. ¿Para que llorar? ¿Para deprimirte mas? ¿Para que? Si puedes sonreír y ser feliz. ¿Para que agachar la cabeza? ¿Para que se me caiga la corona? Jamás. Yo siempre con la cabeza bien alta, con la sonrisa mas grande que pueda llevar, y con la felicidad en el cuerpo. Porque nunca se sabe quien se puede enamorar de tu sonrisa. Así que arriésgate, y regalale trocitos de felicidad al mundo, que es lo que hace falta. Vuélvete loca, las mejores personas lo están. Desmelenate, cántale a la lluvia, bailale al sol, admira la vida, maravíllate con paisajes, enamórate de lugares. Graba momentos en tu retina, y recuérdalos durante el resto de tus días.


Solías decirme que me querías... Solía creerme tus mentiras.

¿Que me querías? Ya, claro. ¿A mi y a cuantas mas? ¿Que era lo mejor que tenias? ¿En serio? ¿Me creías tan tonta? ¿Pensabas que no me iba a dar cuenta? ¿Que no acabaría sabiendo que jugabas a dos bandas? ¿Nunca te cansabas de mentirme? ¿De ser tan gilipollas? ¿Nunca? No se porque me hiciste eso. Yo que te daba mis besos mas prohibidos, yo que te podía hacer subir al cielo con un suspiro, yo que me enamore de ti perdidamente. Porque vale, no era ni la mas guapa, ni la mas lista, pero era la que mas te quería, y debería haberte servido con eso. Porque te aseguro que mejor que yo, nadie. Que princesas como yo, pocas hay, por no decir ninguna. Así que observa, atento, que jamas, ni tu ni nadie, me quitareis mis sonrisas. Por muchos golpes que sufra, por muchas veces que me caiga, siempre seguiré adelante, con mi felicidad conmigo. Porque las sonrisas mueven el mundo, y yo no quiero que se pare.


Tres metros bajo tierra.

¿Sabes lo que es despertarse cada mañana y aspirar el olor que dejaste en mi almohada? Ese olor que me acuesta cada noche, y me recuerda por todo lo que pasamos juntos. Todo lo que hicimos y todo aquello que tiene que ver contigo.
Hace ya un tiempo que no hablamos. Dicen que me olvidaste. Que seguiste adelante. Que en vez de pasar pagina, quemaste el libro entero. Que te fuiste con otras. Una diferente cada noche.Que volviste a ser aquel niñato que solías ser. Dicen que te metes en muchos problemas, demasiados. Y que tus amigos no saben que hacer contigo. Dicen que has vuelto a ser un chulo, un engreído y un gilipollas. Dicen tantas cosas que ya no se que creer y que no.
Hay personas que me han dicho que tire esa almohada que tanto me recuerda a ti, y me compre otra. Pero es que, cada vez que lo intento, los momentos felices que pasamos me lo impiden. Recorren mi mente, como si de una película se tratase. Las imágenes son claras, pero siempre acaban empañadas por mis lagrimas... Nuestro primer beso, aquel que me robaste delante de mi casa, en el patio. El segundo, empapados por aquella lluvia de principios de febrero. El tercero, en aquella discoteca, bajo las luces y los carteles de neón. Y aquella noche, en mi cama. Aquella noche es el peor recuerdo de todos. Pues es el mas bonito. Y es que, joder. ¿Como pude ser tan tonta? Ojala olvidara yo tan rápido como lo haces tu... Así dejaría de sufrir aquel amor que, al parecer, para ti no fue nada.